
Liubou Charkashyna
«Nunca tuve un don especial para el deporte pero sí tenía un deseo y grandes entrenadoras a mi alrededor»
Foto superior: Tom Theobald
«Todo deportista de élite siempre se enfrenta a un montón de dificultades, pero no debemos olvidar que sin derrotas no hay victoria.»

Nacida en 1987 en Brest, Bielorrusia, Liubou Charkashyna es el fiel reflejo de que no hace falta tener unas condiciones extremas para triunfar en gimnasia rítmica. El trabajo constante y un buen equipo técnico a tu alrededor son dos de los ingredientes principales para alcanzar grandes logros, y como en su caso, la medalla de bronce en el concurso general individual de los Juegos Olímpicos de Londres.
Hoy, ya retirada como gimnasta, Charkashyna continúa sumergida en este deporte como entrenadora del equipo nacional bielorruso, juez y representante de las gimnastas en la Federación Internacional de Gimnasia.
¿Con qué edad te adentraste en el mundo de la gimnasia rítmica?
Mi madre desde bien pequeña me acercó al mundo del deporte. Primero comencé en gimnasia acrobática, de ahí pasé a gimnasia artística y con 9 años me decidí por la rítmica.
¿Qué fue lo que más te marcó para que decidieras quedarte en rítmica?
Mi primera entrenadora, Yevgenia Zolotnitskaya, me descubrió un mundo completamente nuevo, me abrió las puertas de este deporte y fue una de las culpables de que me enamorase de la rítmica.
De niña, soñabas ser como…
¡Ekaterina Serebryanskaya! ¡Era mi gimnasta favorita! He visto millones de veces los vídeos de los Juegos Olímpicos de Atlanta y quería ser como ella. Me sabía de memoria cada uno de sus ejercicios y soñaba con llegar a hacer eso algún día. De Serebryanskaya me gustaba todo: su estilo, sus piernas largas, su sonrisa, sus saltos, sus equilibrios, su reacción ante un fallo… Claro que también me gustaban otras gimnastas, pero con Serebryanskaya comencé a hacer gimnasia y en este sentido no la puedo comparar con ninguna.
De todas las cualidades que tenías como gimnasta, ¿cuál crees que era la más importante? Era muy trabajadora y muy cabezota. Yo nunca tuve un don especial para el deporte pero sí tenía un deseo y grandes entrenadoras a mi alrededor.
… Y eso te llevó a alzarte con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. ¿Cómo lo recuerdas?
¡Fue increíble! Por entonces pensé que lo imposible se había hecho posible. Todavía recuerdo el nerviosismo que sentía cada vez que me acercaba al tapiz central a competir, especialmente en la final, que me tocó abrirla. El público todavía no estaba ni en sus asientos y de pronto escuché el primer aplauso y los primeros gritos de ánimo salir desde las gradas… Tras actuar me di cuenta de que mis actuaciones me salieron del alma… Al ver de nuevo los vídeos vuelven a mi mente todas aquellas emociones. No supe que había logrado la medalla de bronce hasta bastante avanzada la competición y al conocerlo, fui muy consciente de que aquellos sentimientos que estaba viviendo nunca más se repetirían.
¿Te gustaría regresar al pasado para revivir todo aquello?
Uf… difícil pregunta… la vida no nos permite regresar al pasado, así que creo que no. Todos buscamos tener una vida excitante y tentadora así que estoy feliz de haber disfrutado de aquellos momentos como gimnasta y de haber logrado unos resultados, pero la vida continúa y quizá encuentre nuevamente un montón de cosas interesantes frente a mi. La gimnasia sigue siendo mi vida y me hace muy feliz.
El camino al éxito siempre es duro. ¿Qué es lo más difícil a lo que te tuviste que enfrentar?
Todo deportista de élite siempre se enfrenta a un montón de dificultades, pero no debemos olvidar que sin derrotas no hay victorias y también recordar que cada deportista tiene una vida fuera del deporte en la que también siempre existen problemas.
¿Tenías algún aparato preferido?
De niña me encantaban la pelota y las mazas. Luego aprendí que debes “querer” a todos por igual porque en los Juegos Olímpicos sólo tenemos una competición general (All-Around) en la que el resultado final es la suma de los cuatro aparatos.
Háblanos de cómo era tu relación con tu entrenadora Irina Leparskaya…
Siendo sincera… al principio me daba miedo, es súper estricta profesionalmente y exige una gran disciplina. Luego con el paso del tiempo me di cuenta de que todo lo que ella transmite encaja perfectamente y protege mucho a sus gimnastas. Claro que a lo largo de los años, estando día tras día juntas en el gimnasio hemos tenido muchos conflictos, pero esto es totalmente normal. De cada uno de esos conflictos siempre aprendí algo y ahora, trabajando como entrenadora, continúo aprendiendo mucho de ella. Leparskaya desde siempre ha tenido muy buena comunicación con sus gimnastas y les ayuda con todo.
¿Crees que todo el esfuerzo realizado mereció la pena?
¡Por supuesto que sí! Siempre el esfuerzo acaba transformándose en resultados. Es muy importante confiar y ser paciente, todo lo bueno que nos da la vida se hace esperar y estoy súper orgullosa de que mi carrera deportiva tuviera un bonito final.
Te vemos mucho en las competiciones internacionales. Cuéntanos, ¿de qué forma sigues ligada a la rítmica?
Trabajo con el equipo nacional bielorruso como entrenadora. Además encabezo la Comisión “Mujeres y Deporte” en el Comité Olímpico Internacional y soy la representante de los intereses de las gimnastas en la Federación Internacional de Gimnasia. Por último, también soy juez. Así que sí… sigo de manera muy estrecha vinculada a la rítmica.
¿Qué opinas de la situación actual de la rítmica a nivel internacional?
Creo que el nivel medio de la gimnasia ha crecido mucho, pero desafortunadamente esto es sólo en líneas generales porque las gimnastas que se clasifican tras los 15 primeros puestos, son todas muy similares en cuanto a estilo, elementos y ejercicios que realizan. Me gustaría que las entrenadoras y las gimnastas pensasen más en las cualidades propias que posee cada una y las explotasen mejor. Que cada gimnasta tuviera su propio estilo, sus elementos, su forma de entender la rítmica y dejasen de copiar de otras gimnastas… Así este deporte sería interesante para todos los niveles y se vería un deporte mucho más variado, más enriquecido, más interesante… Creo que de esa manera muchas más gimnastas podrían llegar a pelear por los primeros puestos.
¿Qué papel tiene la gimnasia rítmica en Bielorrusia?
En Bielorrusia el deporte en general tiene mucho peso y la gimnasia rítmica poco a poco va ganando más popularidad. Aún así, estamos todavía muy lejos de España en cuanto a seguidores de nuestro deporte. Me encantaría que los fans bielorrusos fueran más abiertos y pasionales… en este aspecto realmente me encanta la afición española. ¡Ojalá cada país tuviera unos fans como los españoles!
¿Y qué opinas sobre la rítmica en España? Te hemos visto por aquí en varias ocasiones…
España tiene su propio estilo, su propia escuela. Sus gimnastas individuales siempre dejan huella y al público siempre les ha gustado verlas. Sé que en España hay muchos clubes y por lo tanto muchas niñas que desde bien pequeñas se enganchan a este deporte, lo que es muy bueno porque de todas ellas seguro que pronto vuelve a surgir una nueva Almudena o Carolina. También me considero gran seguidora del conjunto español y siempre les deseo buena suerte. Creo que solo los españoles, con el amor que sienten por este deporte, son capaces de organizar un show tan espectacular como es Euskalgym.